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TENNIS 2009!
Gaudio campeon del challenger en Tunez
Sí, llegó el momento. Era su hora. Estaba cantado. Algún día tenía que pasar. Y pasó. Gastón Norberto Gaudio volvió a levantar un trofeo. ¿Quién será el portugués Frederico Gil, su vencido, además de estar 71° en el ranking? ¿Quién sabe? ¿Y qué importa? Sobre polvo de ladrillo, su especialidad, el Gato le ganó 6-2, 1-6 y 6-3 y volvió a maullar con una de sus tantas vidas. ¡A descorchar que se acaba el mundo!
Tiene un angel demasiado nuestro. El ser argentino. Una escuela del sufrir, de la autoflagelación, que oscila peligrosamente entre la diversión y la compasión. Puede sonarle el celular en el medio de un partido. O también, la voz pública de su conciencia, que le exige retirarse, de la cancha, del deporte. Por eso Gaudio es lo que es. Un tipo, con comportamientos de pibe a pesar de sus 30 años, que no deja de ser foco de atención más allá de estar, al menos hasta ahora, 762° en el ránking ATP, y con la cabeza puesta en un torneo que reparte 125.000 euros en el norte de Africa. De Roland Garros a Túnez. Ese bipolaridad hace especial al Gato, más cerca de la Paparazzi últimamente que de El Gráfico. Y es lógico. Su eterno presente así lo evidenciaba...
El de Temperley, el hincha de Independiente, el de las mil novias, llegó a estar quinto en el mundo. Como Del Potro hoy. Pero con otro glam. Ese polvazo (de ladrillo, claro) en París no es cosa de todos los días. Es más, nunca más lo fue. No hace falta ser un especialista en tenis para saber que no cualquiera se lleva Rolanga. Sólo Vilas y Gaby Sabatini lo primerearon en una conquista así. Claro, después, jamás superó la tercera ronda de algún Grand Slam, sea Australia, Wimbledon o el US Open.
El palmarés del diestro y millonario del GBA hablará de ocho títulos de los buenos y unos cuántos de base. Siempre sobre polvo de ladrillo. Desde el primero en Barcelona, hace poquito más de siete años, a Túnez. Claro, de un torneo del ATP Tour a un Challenger (el último que había ganado fue en el 2000, en Brunswick, Alemania, a Franco Squillari). Pero, a esta altura del partido, para un latin lover que, en febrero, llegó a estar fuera del Top 1000... Así las cosas, en su recorrido levantó Mallorca (también 2002), el mentadísimo Roland Garros (2004), Viña del Mar, Baires, Estoril, Gstaad y Kitzbühel, todos en 2005. Justamente ahí, en Austria, aquel 25 de julio, le tocó a Fernando Verdasco sufría el 2-6, 6-2, 6-4 y 6-4. Un karma que el español recién se habrá podido sacar hace minutos. Y... Era el último derrotado por el Gato en una final...
Ahora podrá volver a escuchar Jamiroquai sin traumas. O funk. O música electrónica. Negativo, autoexigente, hipersensible, como suele definirse, como solemos identificarnos, se sacó de encima un mochilón. Bah, otro. Recién este año volvió a conocer el triunfo, en Iquique (Chile) tras 16 meses de cachetazos. Ahora, entró a Túnez por la ventana... Con un wild card en la mano. Su nuevo documento internacional de identidad. Como a Estoril, donde volverá mañana (lo espera el tano Fabio Fognini).
Esta vez, en una final después de casi cuatro años, se sacó de encima al portugués Frederico Gil (71° en el mundo). Ya lo había hecho, casi en la soledad del court del Tennis Club de Tunis, un complejo de 11 canchas y una pista central con capacidad para 2.500 personas, con los alemanes Daniel Brands y Bjorn Phau, con el francés Alex Sidorenko y con el finés Jarkko Nieminen. Ahí mismo, en un ambiente afrancesado, con sólo ser parte de la ceremonia de premiación, aunque sea por segundo puesto, el Gato se había asegurado saltar al puesto 487. El triunfo lo pondrá en en el 406. Y aunque esté lejos de sacarse de allá abajo el calzón, a lo Nadal (también de su ranking, de su billetera), para nosotros seguirá siendo algo más que Gaudio, que un simple Gato. En Túnez volvió a ser un tigre. Algo retirado del planeta tenis. Pero tigre al fin.
